El Grupo Peugeot S.A. y Fiat Chrysler Automobiles llegaron a un acuerdo para una fusión 50-50 y esa combinación entre franceses, italianos y americanos, con un cierto componente alemán, creará la cuarta compañía fabricante de automóviles más grande del mundo, con ventas anuales de 8.7 millones de vehículos.
La entidad resultante de la fusión integrará también las extensas y crecientes capacidades de ambas compañías en las tecnologías que están dando forma a una nueva era de movilidad sustentable, incluyendo trenes de potencia eléctricos, manejo autónomo y conectividad digital. Ambas compañías calculan que podrán ahorrar 4 mil cien millones de dólares al año combinando sus sinergias, una vez consumada la fusión, y sin que sea necesario cerrar ninguna de las plantas de ensamblaje de ambas empresas.
El negocio recibió sonoros elogios de inversionistas que creen que el resultado será conveniente para ambas partes, aunque algunos recordaron también el entusiasmo con que se recibió la noticia de la fusión en 1998 de Chrysler y Daimler, la compañía matriz de Mercedes-Benz, que acabó de manera desastrosa en el 2007, dos años antes de que Fiat adquiriera Chrysler después de la crisis financiera del 2009.
La entidad resultante, que será una compañía holandesa, tendrá como líderes a Carlos Tavares, de origen portugués, presidente de PSA y quien ocupará el cargo de CEO, y John Elkann, presidente de FCA y heredero de la familia Agnelli, quien fungirá como presidente de la junta directiva.
Bajo la misma sombrilla quedarán las marcas de FCA que son Jeep, Dodge, RAM, Chrysler, Fiat, Alfa Romeo, Lancia y Maserati, y las del Grupo PSA que son Peugeot, Citroen, Opel, Vauxhall y la super exclusiva DS. Hace dos años, PSA compró Opel y Vauxhall que pertenecían a General Motors y el presidente Tavares de la compañía francesa, acabó convirtiendo rápidamente un par de compañías deficitarias en dos marcas lucrativas, racionalizando la producción y aumentando las economías de escala. Surgió una nueva generación de Opels y Vauxhalls que se impulsan con motores de PSA y tienen diseños ajustados para hacerlos lucir un tanto diferentes.
La verdad es que, del lado de Fiat Chrysler, las únicas marcas que tienen cifras sólidas en materia de ventas son Jeep y Ram, Fiat ha conquistado una tajada modesta del segmento de los autos compactos con su línea de productos 500, pero las ventas de Alfa Romeo, Chrysler y hasta la misma Dodge son hoy por hoy apenas marginales.
En su ruta hacia adelante, la nueva compañía enfrenta el desafío de hacer renacer las marcas francesas en los Estados Unidos, de donde se fueron hace más de tres décadas. De hecho, la industria automotriz gala es la única del mundo que sobrevive sin el mercado norteamericano.
Para poder triunfar tendrán que globalizar sus modelos para lograr sólidas economías de escala. Veremos entonces modelos que consolidarán lo mejor de las marcas, compartirán plataformas y tecnologías, especialmente en productos híbridos y eléctricos, y se producirán a gran escala para venderse en todos los continentes, particularmente en los Estados Unidos, Europa y Sur América, pero con los ojos puestos también en la China y la India, donde todavía quedan grandes posibilidades de crecimiento.
