Los fabricantes de vehículos entendieron ya hace un buen tiempo, que para alcanzar completamente el éxito es fundamental todos los mercados. Geográficamente es clave tener presencia en todas las latitudes, pero también es muy importante conquistar los compradores en la mayor cantidad posible de segmentos. Solo así se explica, por ejemplo, que un fabricante como Porsche, que por años se dedicó exclusivamente a fabricar automóviles eminentemente deportivos y de alto desempeño, un día decidiera lanzar al mercado un modelo utilitario deportivo, el Cayenne, y luego un sedán, el Panamera. Ese ejemplo, evidentemente, lo han seguido otras compañías como Bentley, Maserati y ahora hasta Rolls Royce tiene su SUV.
En el último cuarto del siglo pasado, Mercedes-Benz entendió que existía un potencial en el mercado para introducir modelos de la marca que tuvieran sus mismos niveles elevadísimos de calidad, pero que respondieran a las necesidades de consumidores que querían autos más pequeños y a precios más módicos. Es de ahí que surge el que se conoció entonces como el Baby Benz, comercializado en un centenar de mercados como el E 190. El fabricante alemán que ha visto como compiten en el continente europeo marcas de todas partes por los segmentos de autos más pequeños, tomo la determinación de no quedarse atrás y compite con ellos en los segmentos compactos A y B, con modelos que se identifican justamente con esas mismas letras.
Aquí, en los Estados Unidos, los modelos más pequeños de Mercedes-Benz son los de las series CLA y C, siendo este último el que ha logrado alcanzar niveles de ventas más significativos. Para el modelo 2019, la Clase C de Mercedes llega con una serie de novedades, entre ellas una versión de altísimo desempeño, la C43 AMG, con un motor V6 con turbocargadores gemelos que entrega 385 caballos de potencia y logra acelerar de 0 a 60 millas por hora en 4.1 segundos, y que desde ya merece que le dediquemos un capítulo aparte.
Por hoy vamos a quedarnos en el C 300 Sedán, que por menos sofisticado no tiene nada de modesto. Viene impulsado por un motor de 4 cilindros, también turbocargado, pero mucho menos ambicioso, con 2.0 litros de desplazamiento y 255 caballos de potencia, que a través de una transmisión automática 9G-Tronic, de 9 velocidades, se copla a la tracción integral 4-MATIC permanente en las cuatro ruedas.
Salta a la vista de inmediato en el interior del Mercedes-Benz C 300, la combinación del tablero de instrumentos y la consola central. En el tablero reinan dos grandes relojes análogos estándar, con el velocímetro a la izquierda derecha y el tacómetro a la derecha, que pueden reemplazarse, como equipo opcional, por una pantalla con una serie de relojes digitales que se despliegan a gusto del conductor. La pantalla central es enorme, más de 11 pulgadas, y en ella se muestran en alta resolución los mapas del sistema de navegación y los comandos de los sistemas de entretenimiento, climatización y ajustes del auto. El precio básico del Mercedes-Benz C 300 4MATIC Sedan comienza en los $43,400 dólares, el que manejamos, generosamente equipado, llega a los $63,825.
Marca: Mercedes-Benz
Modelo: C 300 4MATIC Sedán
Tipo: Sedán mediano
Motor: I4-Turbo, 2.0 L
Potencia: 255 hp
Transmisión: Automática de 9 velocidades
Aceleración de 0 a 60 MPH: 5,5 seg
Velocidad Máxima: 131 mph
Consumo Ciudad/Autopista: 22 mpg/33 mpg
Precio Básico Sugerido: $43,400
